domingo, 19 de junio de 2016

Los amos del mundo, Emilio Carrillo

Evidentemente el mundo no es como nos lo pintan! Ya cada vez hay más gente que siente e intuye la realidad de manipulación y dominación a gran escala en todos los aspectos de la vida, sea en la economía, la enseñanza, la política, la salud, la ciencia, la religión…vamos, que no se escapa nada. 

Hay un input invisible que rige el comportamiento, las actitudes y opiniones de los humanos como programas informáticos: las normas, reglas, paradigmas y hábitos parecen nuestros, pero no son más que sistemas de creencias que han introducidos en nuestras mentes.

 ¿Quiénes? ¿Cómo, porqué y para que nos controlan?

 


 A mí me resuena mucho la visión de Emilio Carrillo y como él te digo que no te crees nada. 

No es para convencer a nadie; si te resuena es, porque en tu adentro lo sabes también.

La mayoría de la humanidad vivimos en un estado de inconciencia regido por el miedo e la inseguridad, por los dogmas de religiones y búsquedas espirituales y la creencia en el tiempo.

Nos han disfrazado la manipulación y el control a gran escala ridiculizándolo y lo han conseguido. 

Las esferas altas de la manipulación no están tangibles, no son gente que vemos, ni Iluminati, ni Bilderberg. Estos son círculos más bajos que ejecutan los mandamientos para un nuevo orden mundial.

Los verdaderos poderes se creen nuestros creadores y con el derecho de controlar y esclavizarnos como a nosotros nos parece normal esclavizar y abusar de animales, jugando con sus vidas y con sus genes para crear seres que nos pueden ser todavía más útiles…y más…y más….sin límites de crueldad y avaricia.

Despertar es simplemente darnos cuenta, ser más conscientes y no seguirles el juego. No vamos a poder parar el huracán del Nuevo Orden Mundial, es imposible luchar en contra de sus fuerzas y tecnologías.

Demos las gracias a estos oscuros y densos amos del mundo de propulsar nuestra consciencia. Despertar es confiar en nuestra naturaleza divina y en el amor que es la esencia del universo.





















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